Hoy día vivimos un período de convergencia en la música: por un lado, hay corrientes que se preocupan por preservar la pureza y lo denominado ‘clásico’; por otro, nos encontramos con otras que alzan su mirada hacia la innovación y las mejores técnicas. Pero también hay aquellos que aúnan ambas características y perspectivas y, sin desdeñar lo que ha marcado época, avanzan en busca de lo realmente original, lo visceral.
De hecho el arte de hoy día no se puede entender si no va acompañado de un componente esencial: la sorpresa. Hay quien piensa que la mezcla normalmente ensucia lo que era puro, pero en realidad crean elementos tan insólitos como únicos, y ahí reside el quid de la cuestión.
En 2005 salieron a la luz uno de los grupos que han revolucionado la escena y la han puesto patas arriba. Se trata de los holandeses NOISIA, tres jóvenes que decidieron juntar fuerzas y conocimiento para fundar no solo un grupo de música, sino una forma de entender ésta, y de promoverla. Ni ellos mismos sospecharían lo que estaban construyendo. No sabían que iban a ser los responsables de una explosión de ideas y de una inspiración que ha calado en todos los rincones de Europa, y del globo entero.
Un fenómeno parecido, pero en otra vertiente musical (aunque estén ambos en la electrónica) lo ha protagonizado el australiano FLUME, un joven de 24 años que ha conseguido seducir a millones de oídos en todo el mundo, y cuya producción se puede presumir como la más limpia y distinguida dentro del género que cultiva.
BREAK es el tercer caso, y aunque este excelente productor no goce de la misma fama ni reconocimiento, se trata de una de las personalidades del D&B desde que resurgió a principios de este milenio. Una mezcla perfecta entre la armonía del jazz, el funk o el blues con la contundencia de las baterías más energéticas, al compás de un groove que te ensimisma, para luego sorprenderte con elementos y melodías inefables.
Sin más, me dispongo a presentarles a estos tres artistas:
ritmosynotas 